¿Cómo lograr el equilibrio en la empresa familiar?
Los negocios familiares aportan mucha ilusión, un proyecto en común en el que todos los miembros que están presentes en él están implicados en la consecución de un objetivo común. Sin embargo, cuando llega el momento, no siempre los hijos tienen claro si quieren formar parte del negocio. Es posible que lo vean como un mundo que se encuentra demasiado a mano, en ocasiones pequeño y que no les permite probar cosas nuevas. No tienen claro si van a saber llevarse bien con sus familiares y trabajar con ellos al mismo tiempo. Afortunadamente, hoy en día hay métodos definidos para solventar estas problemáticas, una serie modelos de protocolo familiar que pueden ayudar a que haya equilibrio entre lo personal y lo profesional. Además, cada vez más, las empresas familiares se están profesionalizando y las nuevas generaciones aportan el empuje necesario para poner sobre la mesa una formación mucho más especializada.
Conocimientos necesarios para un negocio
Hoy en día la mayoría de las personas se puede permitir realizar unos estudios universitarios, cosa que no ocurría hace tan sólo treinta o cuarenta años. Esto provoca que en el salto generacional que hay en muchas familias se gane en formación mucho más especializada. Quizá no sea específica del sector concreto en el que el negocio opera, pero hoy en día todos los programas de estudio incluyen asignaturas de utilidad que pueden extrapolarse a otras áreas.
Los idiomas son otra de las ventajas que aportan las nuevas generaciones. De forma general, el inglés es ya un obligado dentro de los estudios y su dominio puede ayudar especialmente al desarrollo del modelo de negocio familiar, incluso el planteamiento de realizar algunas operaciones en mercados internacionales. Un campo que cada vez se abre más, sobre todo teniendo en cuenta las facilidades que nos plantea internet.
Relaciones padres e hijos
Mantener una buena relación entre padres e hijos es vital dentro de un negocio familiar. Las actitudes que pueden darse en casa no deben extrapolarse al mundo profesional. Esto quiere decir que hay que olvidarse de paternalismos y entender que nuestro hijo es una persona joven y formada, que puede aportar buenas y nuevas ideas, lo cual contribuirá a mejorar nuestro negocio.
“Por parte de los hijos es necesario tener presente que son los padres quienes han levantado ese negocio con sus manos y sus cabezas, los que han logrado todo lo que han conseguido hasta la fecha”
Por ser una empresa familiar, pequeña, quizá, no tiene menos mérito todo el esfuerzo y los éxitos logrados. En este sentido no hay que menospreciar esa gran labor en ningún momento. Aportar nuevas ideas es necesario, pero siempre manteniendo un respeto por el trabajo realizado.
Construir juntos con libertad
La idea de tener un proyecto familiar en común es una de las motivaciones más bellas que existen en el mundo profesional. Tener como miembro del equipo a tu madre, tu padre, tus hijos o tus tíos debe ser un aliciente, ya que el factor humano tendrá una dimensión completamente diferente a cuando trabajamos para una empresa con la que no tenemos un vínculo emocional. Dentro de esta construcción, se tiene que valorar que haya miembros que desarrollen proyectos paralelos en los que llenen otra parte de su vida, vuelquen en ellos ideas que no podrían aplicar dentro de la empresa familiar y se sientan realizados. El apoyo en esos casos es fundamental para conseguir su satisfacción, lo que hará que no los alejemos de nosotros, sino que trabajemos siempre por construir juntos pero con libertad.
Mantener la familia unida mientras se desarrolla un modelo de negocio es uno de los objetivos que debe perseguir este tipo de empresas en las que uno se juega mucho más que dinero. Para eso, para saber construir un buen protocola familiar, no te pierdas esta guía gratuita que te evitará los conflictos familiares y te ayudará a conseguir la armonía en la empresa familiar.